Hermanos Costa



Hermanos Costa Baiges

PROLOGO

















   

    F R A G M E N T O S DE M I V I D A




No pretendo escribir un libro, no me considero literato.

Escribo para contar mis vivencias a mis hijos, pero especialmente, a
mis nietos.


Me he arrepentido muchas veces, el no haber indagado con mis abuelos , quienes fueron sus abuelos y tatarabuelos.

Conozco bastante de mis abuelos y chispazos muy efímeros de algún bisabuelo.

Me he sentido incentivado a escribir, por dos hechos sucedidos durante la recién pasada Semana Santa.

En una de las misas de esa semana, que asistí junto a vuestra yaya, se acercó un laico dirigente de la parroquia y me pidió si aceptaría ser un apóstol para la ceremonia del lavado de piés.

Naturalmente le contesté que sería un honor, siempre que no me tocara ser Judas.

Cuando llegó el día y recibí la invitación , junto con otros 11 hombres a caminar hacia el altar, sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

Sentí la presencia de Dios.

Era Cristo en la imagen de ese curita anciano que se arrodillaba ante mí, que lavaba y besaba mi pié.

Me sentí elegido, indigno pero elegido.

Capté en parte, el inmenso amor de Cristo hacia mí en ese beso a mi pié.

El otro hecho sucedió al día siguiente, Jueves Santo.

Estabamos sentados la yaya y yo en una banca de la iglesia , cuando se acercó un joven que nos preguntó si éramos matrimonio y al contestarle afirmativamente, nos solicitó que lleváramos las ofrendas hasta el altar.

La yaya llevaba el copón con las hostias y yo, el vino y el agua.

Fue como un caminar entre nubes y sintiendo en mi interior el cántico de miles de ángeles alabando a Dios.

Después cuando fui a comulgar y todavía con el Cuerpo de Cristo en mi boca, le pregunté porque nos había elegido , que esperaba de nosotros, yo ya era un hombre viejo y poco podía aportar a su plan.

Escuché su voz que acariciaba mi corazón y me decía...

´´Quiero que tus hijos y nietos se acerquen a mí ´´....

Esta es mi misión, trasmitirles este mensaje.


Por el momento, solo se me ocurre relatarles la sencilla oración que mi madre solía decir, seguramente alguno de vosotros que tuvieron el privilegio de conocerla, recordarán. Con su sabia humildad decía...


´´Señor, si soy mala, hazme buena"


Una oración de seis palabras, pero que contienen toda la fé del cristianismo.


Voy a contar mis vivencias en fragmentos sin orden cronológico.


Me voy a dar esta licencia ya que los primeros acontecimientos se produjeron en mi infancia.

A los 5 años de edad se inició la revolución española, de 9 años la guerra civil y hasta los 17 años la posguerra civil y la segunda guerra mundial.


Algunas personas me han dicho que como puedo recordar con detalles acontecimientos que se produjeron a tan temprana edad.


Creo que un niño que viva en un entorno tranquilo y en paz,. el transcurso de los días son monótonos, por lo que no se guardan muchos recuerdos.


En mis relatos podrán comprender porque esas historias quedaron guardadas en mi mente y además afianzadas por las tertulias con mis mayores que se recordaron por siempre.


Podrán leer, que a pesar de todos los sufrimientos, Dios nos protegió de manera muy especial.

Perdimos todos los bienes materiales, pero nos regaló la vida.

Son muchos los hogares españoles que lamentan la pérdida de uno o mas seres queridos.

Según los historiadores, en esa guerra hubo un millón de muertos.

En un capítulo aparte, recurriré a la historia para que se ubiquen en el lugar y el porque de esos terribles acontecimientos.







BATALLA DEL EBRO, ULTIMOS DIAS
"Tabù"
Masas de hombres chocaron entre ellos durante muchos meses.
No hubo día ni noche sin combatir. Solamente a fines de Octubre de 1938 se calcula que se lanzaron 9.000 toneladas de proyectiles de artillería y 8.000 toneladas en bombas de aviación.
Atrás quedaron 116 días de batalla, muchas toneladas de material bélico, ciudad desvastada....
pero sobre todo 100.000 muertos, de uno y el otro ejército, que quedaron mal enterrados entre unas tierras que a la mayoría les era extraña y que todavía claman ´´paz, piedad y perdón ´´.
La acción artillera que precedió al ataque franquista , fue a cargo de 76 baterías ayudadas por la acción de 30 bombarderos, fue intenso y parecía que nunca iba a acabar.
Un día antes del asalto final por las tropas franquistas, el comandante de la guarnición del castillo, ordenó a mi abuelo a evacuar la zona, ya que éramos los últimos civiles que permanecían en el lugar y se esperaba la arremetida final del enemigo. Mi abuelo se negaba a obedecer ya que era la última autoridad civil que quedaba en Tortosa. Al comandante, no le quedó otro recurso que el de amenazarlo de fusilamiento si no cumplíamos la orden.
Tuvimos que recoger nuestras maletas y bultos. Guiados y ayudados por un pelotón, nos deslizamos por las trincheras repletas de soldados ,que bordeaban la ribera del río Ebro.
Mi perro ´´Tabú´´, intentaba seguirnos, pero nos prohibieron llevarlo, porque con sus ladridos podía alertar al enemigo que estaba a la otra ribera del río. Yo lloraba desconsolado porque no quería abandonarlo. Me abrazaba a él sin querer soltarlo. Un soldado quiso tranquilizarme, prometiéndome que él lo iba a cuidar y que nunca lo iba a dejar solo. Por muchos años después, sentía los aullidos de mi perro fiel en mis oídos.

Era una noche clara, con mil estrellas en el cielo. No se escuchaba ningún disparo, el silencio era absoluto, interrumpido solamente por nuestro caminar por esa larga y serpenteante trinchera.
Recuerdo rostros de soldados con sus bayonetas caladas, las miradas puestas en el horizonte, el pensamiento en la familia...y el terror de lo que podía venir...a lo lejos, se sentía el ladrido de mi perro...para mí, no eran ladridos...era llanto de mi perrito.
Por fin se terminó la trinchera, llegamos a un lugar que estaba protegido por un gran montículo.
Había un camión con barandas de madera y cubierto por un toldo. Una fogata con varios soldados a su alrededor calentando unas carnes enlatadas. Miré con curiosidad esa carne que hacía tanto tiempo no veía. Un soldado me ofreció su plato, traté de comer, pero no pude. Tenía todavía un nudo en la garganta.
El oficial del pelotón se acercó a un hombre que estaba al lado del camión, No era un soldado, era un civil. Le dijo que preparara su camión y que nos tenía que trasladar a una estación de ferrocarril próxima. Ese hombre, empezó a gritar desesperado de que no quería morir, varios compañeros habían muerto al tratar de pasar por delante del montículo que quedaba totalmente al descubierto para el enemigo. El oficial, apuntándole con la pistola lo obligó a obedecer.
El hombre, desesperado sacó una botella de coñac y empezó a beber casi la mitad de la botella y con voz ronca, nos dijo ´´súbanse todos, tiéndase en el piso...pase lo que pase...que nadie se levante ...´´
Subimos al camión y nos acomodamos según nos iba indicando el chofer. Yo quedé con mi mamá en la parte trasera del camión donde había un espacio abierto. Mi mamá me abrazó firmemente y con voz entrecortada inició sus rezos. El chofer intentaba poner en marcha el motor y no podía.
Después de varios intentos, lo logró. De pronto, escuchamos otro ruido, eran ráfagas de ametralladora.
El camión empezó una marcha veloz y zigzagueante. Veíamos que íbamos dejando atrás camiones volcados y humeantes, cuerpos mutilados, explosiones....nos estaban disparando morteros....yo miraba hacia la lontananza...tenía la esperanza de ver a mi perro corriendo detrás de nosotros, balbuceaba su nombre...´´Tabú...tabú...´´pero no llegó.
El camión frenó bruscamente. Escuchamos gritos de espanto del chofer...´´miren...miren...´´.nos asomamos, el chofer estaba agarrado al volante con temblores convulsivos. Seguía gritando...´´miren el camión ´´. La cabina y las barandas de madera estaban perforadas por ráfagas de ametralladora.
Si hubiéramos estado sentados o de pié, no estaría contando esta historia.
Mi madre y la yaya se arrodillaron en el camino y alzando su mirada al cielo, dieron gracias a Dios.
Fue un milagro que nos salváramos.


Ahora de viejo, al escribir estos recuerdos, vuelvo a revivir esos momentos. estoy convencido de que Dios ha estado siempre presente en nuestras vidas.
El chofer, un hombre de aspecto rudo, nos abrazó y casi llorando nos dijo...´´Yo no creía en Dios., ahora si creo ´´
Iniciamos de nuevo el viaje hasta la estación del ferrocarril para subirnos a un tren de carga con destino a Barcelona, donde nos íbamos a alojar en un centro de refugiados.
Cuando llegamos, los carros del tren ya estaban casi llenos de gente. Nos acomodamos lo mejor que pudimos sentados en esos vagones de carga.
Se inició el viaje y a una hora mas o menos, empezó a sonar repetidamente el pito de la locomotora.
El tren frenó bruscamente...se escucharon gritos de...´´todo el mundo a fuera...rápido...rápido...viene la aviación...´´. Nos bajamos de inmediato, e hicimos lo que estaba haciendo la gente....meternos en un zanjón que había al lado de la vía férrea. Tres aviones caza empezaron a ametrallar el tren, una vez y otra vez, sin parar. Dieron un vuelo circular y se alejaron.
Otro milagro en el mismo día.
Como llegamos a Barcelona, no recuerdo. Tengo la duda si fué en el mismo tren o en camiones, creo que fue éso último porque tengo la visión de un tren humeante........

MI PAPA, CAPITAN


Sonó el timbre de la puerta, fuí corriendo a abrir. No podía ser, en el dintel de la puerta estaba parado mi papá, con su uniforme de capitán. No fué un grito, mas bien fue un chillido de alegría y me abracé a sus piernas. En esa época yo tenía 6 años de edad.
Hacia mas de tres meses que no lo veíamos ya que estaba en el frente de batalla en Guadalajara.
Había consaeguido un permiso de tres días para ver a su familia.
Estuvimos mucho rato, riendo , llorando de emoción, hablando todos al mismo tiempo, toda la familia. Mi mamá no paraba de dar gracias a Dios e invocar a su San Antonio glorioso.
Cuando mi papá supo que no teníamos que comer y que el día anterior habíamos comido solamente nabos, se colocó nuevamente la guerrera y la canana con su su pistola. Como todavía estaba abrazado a él, me invitó a que lo acompañara.
Me sentía orgulloso caminar por la calle tomados de la mano y ver que cuando pasaba un soldado por el lado nuestro hacia el saludo militar. Yo estaba pendiente solamente de ver mas soldados para que saludaran. "..Mira papá allí viene otro.....mira, ese del frente no te saludó"
"No importa Ñitus, no me vió"
Llegamos a un establecimiento, donde había una cola muy grande de gente esperando su turno para comprar .Mi papá con paso seguro y firme se acercó al mesón. Empezó un griterio de la gente... "A la cola a la cola"
Mi papá dándose vuelta y con voz fuerte gritó: "A CALLARSE"
Se callaron. Me sentí muy importante. El empleado del establecimiento se acercó y le pìdió la tarjeta del partido comunista..."No tengo...pero que te parece esta otra?" y sacando su pistola la dejó en el mesón.
Ese hombre estaba pálido...tartamudeando preguntó ´´¿Que necesita?"
"Dame un kilo de bistecs, un kilo de chuletas, arroz, azúcar , un paquete de caramelos para mi hijo"... Siguió pidiendo...."Yo ya no escuchaba mas, solamente miraba con ojos desorbitados el paquete de caramelos que me pasaban. Me puse en la boca tres o cuatro caramelos.....que cosa mas rica....se me había olvidado el sabor de un caramelo. Pagó la cuenta, acomodó los paquetes. No se me olvidaré nunca la cara de la gente y el cuchicheo de las mujeres.
Ese día hubo un festín. Me gustaban las sobremesas que había siempre en nuestra casa. No quería perderme nunca lo que converaban mi papá, mi mamá y mis abuelos.
Desde que se había ido mi papá a la guerra, no se había repetido.
Empezó a contar lo que había sucedido apenas hacía una semana. Con la voz quebrada, nos contó que había estado fuera de la trinchera a la sombra de una higuera, con sus prismáticos oteando el horizonte por si se veían movimientos del enemigo y cuando regresó ,se dió cuenta que se habían quedado colgados en una rama los prismáticos , y al ir a buscarlos, su asistente lo detuvo y fue él . De pronto se escuchó un disparo y cayó fulminado.
Ese relato nos impactó profundamente, pudo haber muerto mi padre.
Al día siguiente mi padre salió solo, iba a un regimiento a exigir víveres para su familia. Cuando regresó, venía cargado de paquetes , alimentos para mas de un mes.
Los tres días pasaron volando. La última noche insití en dormir a lado de mi papá. Me dormi con mi mano en la suya....cuando desperté mi mano estaba fría...ya no estaba la mano de mi papá....

 


LECHE CON COÑAC


Ese día desperté con mucha hambre, el día anterior solo comimos un camote cada uno.
Ansiaba comer un pedazo de pan, pan que hacia muchos días que no podíamos conseguir. Nadie aceptaba vender por dinero. Solamente canje.
Había establecimientos que tenían algo de mercadería pero solamente podían comprar los que tuvieran la tarjeta del partido comunista.
Mi mama me pidió que la acompañara para intentar conseguir algo de comida. Caminamos y caminamos sin rumbo. De pronto mi mama cayo al suelo, estaba desmayada.
Empece a gritar desesperado pidiendo ayuda. Por suerte pasaba una ambulancia y al ver a mi madre en el suelo paro y nos llevo a un hospital. El medico que la atendió dijo que era una fatiga de hambre.
Ordeno que le dieran de inmediato un jarro de leche con coñac.
El medico estuvo con ella hasta el primer sorbo y apenas estuvimos solos me obligo a que me lo bebiera todo. Cuando el medico regreso, dijo ´´ no ve señor, ya tiene colores, este es el mejor remedio, puede irse a casa.´´
Seguimos nuestro camino buscando donde poder comprar algo. A la vuelta de la esquina se acerco un muchachote que nos ofreció darnos medio kilo de chuchoca a cambio de algo.
Después de mucho regatear, acepto lo que le ofreció mi mama.
Llegamos contentos a la casa a cocinar la chuchoca. Sentados en la mesa esperando la esquisita sopa de chuchoca, se asomo llorando nuestra madre ´´ No era chuchoca...era aserrín.....
Antonio Costa

EL ESTUCHE DE TERCIOPELO AZUL

El río Ebro se deslizaba majestuoso dividiendo la ciudad de Tortosa en dos.
Los tres puentes que unían ambas riberas, habían sido volados por fuertes cargas explosivas colocadas por la mermada troparepublicana, con el fin de retardar el avance enemigo, conformado principalmente por una fuerte y aguerrida tropa mora.
Como replica a la voladura de los puentes, el cielo se cubrió de bombarderos que vaciaban sin compasión su feroz y terrorífica carga de muerte y destrucción.
Hacia varios dias , que nos habíamos trasladado al colegio San Luis, que por su construcción romana de piedra y contar con un refugio antiaéreo, una antigua carbonera, nos garantizaba una protección mejor que nuestra casa del centro de la ciudad.
Pronto se lleno el refugio de vecinos espantados y sin control ante el apocalipsis que se desencadenaba en la ciudad.
Pasaban las horas y el retumbar de las bombas no decrecía. Se perdió la noción del tiempo hasta que el silencio apaciguo nuestros llantos de terror.
Con mi hermano Pepe, cinco años mayor que yo, queríamos ver que es lo que había sucedido y aprovechando que nuestra madre estaba atendiendo a otras pobres mujeres, presas todavía por el espanto e histeria, salimos a la calle.
Mis ojos de niño miraban sin entender, las ruinas que había por doquier. Esas calles por donde aprendí a caminar y a jugar, estaban obstruidas por los escombros todavía humeantes de los edificios de la ciudad.
Practicamente no quedaba nada en pie.
Un escalofrío recorría todo mi cuerpo, no podía apartar mi mirada de los cuerpos mutilados aprisionados entre los fierrros retorcidos que íbamos encontrando en nuestro difícil caminar.


Mi mano se aferraba a la de mi hermano y el calor y firmeza de ella me dio el valor de seguir avanzando.
Nuestra misión era llegar a nuestra calle y casa.
Despues de un duro y difícil avance, como el caminar en un sueño de pesadillas, logramos estar parados frente a lo que fue nuestra casa.
Reconocí la escalera y la taza del baño del segundo piso que estaba intacta sujeta a la cañería.
No había nada más.
Con la mirada fija en el polvo que flotaba entre las ruinas, mi mente de niño solo recordaba la escena que se repetía constantemente cuando vivíamos en esa casa.
Mi dulce madre abriendo un cajón de la cómoda donde habían tres estuches de terciopelo azul...
Uno era para mi hermano Pepe, el segundo para mi hermana Susana y el otro era mío.
En el interior de cada estuche de los varones, había una pluma estilográfica, un prendedor de corbata y un par de colleras, todo de oro.
Mi madre sonriente,me permitía acariciar esos tesoros y me repetía ante mi insistencia de salir a jugar con ellos, que ese regalo lo compro el abuelo para entregármelo cuando yo fuera grande.
Parado ante las ruinas, solo recordaba el estuche de terciopelo azul.
No me importaba mi caballo de cartón ni mis soldaditos de plomo...
A través del velo de lagrimas que enturbiaba mi mirada, trataba de ver entre las cenizas asomarse mi estuche de terciopelo azul.
Un grito de rebelión e impotencia se ahogaba en mi garganta
­-"¿Por que el abuelo no me entrego mi regalo?"
"¿Por que mi mama no sabia que una bomba mala me lo iba a quitar?"
"¿Por que esperar que yo fuera grande si caen tantas bombas todos los dias?"
´´¿Sere yo alguna vez grande? ´´
Sin soltar la mano de mi hermano, iniciamos el regreso.
Mis ojos ya no veían nada empañados por las lagrimas.
Solo las palabras de mi hermano, impedían que mi desconsuelo brotara por mi garganta en un grito de histeria y desgarro.
"No te preocupes Ñitus, no llores mas...
Cuando yo sea grande te comprare unos regalos mas lindos"
Otra vez esa palabra:
!Cuando yo sea grande!
¿Por que la gente podía hablar del mañana....?
Acaso no veían como yo, los racimos de bombas todos los dìas?...
Esos cuerpos destrozados que había por todas partes, pensaron el dìa anterior, en un nuevo amanecer.
Desperté de mis negras reflexiones al escuchar el grito aterrador de mi madre.
La vi a la vuelta de la esquina como leona acosada.
Corrió hacia nosotros
Me levanto en sus brazos y reprimió a mi hermano abrazando su cabezita....
¿Por que me hicieron esto...donde estaban?
Yo, con mis dos manos acariciaba su cara para borrar su espanto y repetía... "Mamita linda, una gran bomba destrozo mi estuche de terciopelo azul...ya no esta...¨
Lentamente y sin ninguna otra palabra, abrazados los tres, seguimos nuestro regreso al refugio sin querer ver los destrozos y sin escuchar los llantos de los demás......


UN SUEÑO MARAVILLOSO.... UNA GRAN REVELACIÓN

Soñé que escuchaba una voz clara, varonil y profunda que me llenaba de inmensa paz y decía…
Gracias al mérito de Cristo en su agonía de la Cruz, tus pecados están perdonados…lo que te estoy diciendo es una revelación.

Deberás escribirlo y comunicarlo a todos tus seres queridos… la hora señalada, solamente dios la sabe y cuando ésta llegue, sucederá de esta manera…
Mientras escuchaba esa voz, me vi caminando por un túnel oscuro y al final de éste, se veía una muralla de cristal iluminada y a través, una multitud moviéndose constantemente, felices y contentos mirando hacia mí…sentí que no iba solo…me llevaban de la mano…….ví a la izquierda a la Virgen Santísima…….a la derecha mi madre muy feliz……sentí sobre los hombros el liviano cuerpecito de mi hijita Montserrat
acariciando constantemente mi cabeza…….una gran dicha y una inmensa paz imposible de describir, embargaba todo mi ser y caminé con pasos seguros hacia la luz con esa protectora compañía……la voz seguía relatando………al pasar de la muerte a la vida………toda esta muchedumbre que te está esperando, los acompañará a la presencia de Dios, verás su rostro y la felicidad será completa y eterna.

Escribe esto tal cual lo has escuchado para que tus seres queridos con una pequeña plegaria diaria sigan tu camino, pues vienen tiempos difíciles para la Iglesia.
REFLEXION:
Doy gracias a Dios que en su inmensa misericordia me haya mandado este sueño tan real y profético. Ha servido para superar mis miedos.

-Miedo y resistencia a lo que mi enfermedad significa.

-Miedo a la capacidad de sufrir dolores.

-Miedo a causar penas a los seres que mas quiero.


Estoy tratando de analizar profundamente este sueño y creo que este mensaje no está solamente dirigido a mí, sino a todos vosotros, pues la voz ponía énfasis al decir que lo relatara por escrito a todos mis seres queridos. Me quedó muy grabada la petición de una pequeña oración diaria de vosotros.

Esta pequeña oración, la interpreto yo, no de un simple Padrenuestro (que es muy importante) sino más bien de una íntima conversación con Dios, aunque sea un
“Gracias Dios mío…aumenta mi Fe.”
Pienso que el mundo actual se está convirtiendo en un mundo materialista y muy yoista……donde el concepto familia se está perdiendo…se están trastocando valores…pero hay que
tener confianza en Dios, sin olvidar nuestro pequeño aporte.
Debemos y es nuestra obligación como cristianos, tratar de seguir trasmitiendo lo valores heredados de nuestros mayores.
Creo que la frase de…..: al pasar de la muerte a la vida… es la más hermosa que he escuchado ya que me dá la seguridad de una vida eterna y maravillosa……..vida que la quiero compartir algún día con todos vosotros……….sin que falte ninguno.

LA PAZ DE CRISTO SEA CON TODOS USTEDES
Antonio Costa Baiges















JOSÉ COSTA BAIGES

Soy Chileno y Español, mis padres en el año 1932 me llevaron a España, después se arrepintieron porque a mediados del año 1936, estalló la guerra civil española, que duró tres años; mi familia quedó en la ruina total, perdieron todos los bienes materiales y amargados, decían: "¿Porqué nos fuimos de Chile?"

De todos modos tuvimos suerte y no perdimos la vida, cosa que les sucedió a muchas familias.

En la maldita guerra, se mataron más de un millón de personas y lo único bueno que pasó, es algo que jamás olvidaré y fue la aparición del: ! Niño Jesús !.

Les voy a contar cómo sucedió; yo tenía 11 años de edad y al inicio de la guerra, viviendo en el pueblo de Tortosa en la provincia de Cataluña, un día pasé caminando frente a una Iglesia, donde varios hombres estaban sacando imágenes de santos y los tiraban en la calle, uno de esos hombres, me puso una piedra en la mano y me dijo: "Quiero ver qué puntería tienes" y me mostró la imagen del Niño Jesús; eso me hizo sentir mucha angustia, pero tiré la piedra con la intención de no dar en el blanco, pero con tan mala suerte, que lo rompí en mil pedazos. El hombre se rió y me dijo: !Tienes buena puntería", me fui muy amargado.

Pasaron varios meses y un día en la noche, cruzaba un amplio patio, para ir a una pieza interior a dormir e iba con una vela encendida, ya que a causa de los bombardeos no había luz eléctrica.

En ese momento, mientras caminaba, tuve la gran sorpresa. Se me apareció el Niño Jesús, era de mi tamaño y avanzaba hacia mí con los brazos abiertos en señal de abrazarme. Sentí escalofrío y gran alegría, jamás lo olvidaré, fue algo maravilloso. Fue una visión estupenda que ha dejado un grato recuerdo a lo largo de toda mi vida, me sentí perdonado y ello me hace reflexionar profundamente ya que hace que me amolde a todos los problemas que surgen en la vida. Soy muy feliz de ser testigo de la aparición de Jesús.



Reflexiones

Dios es supremo, es lo máximo en todo,
mucho más de lo que podemos imaginar,
lo que podemos captar, es su enorme cariño
que nos tiene a todos los seres humanos,
Dios nos envío a su Hijo "Jesús", para salvarnos a todos.
Jesús, ya está dentro del alma de cada uno de nosotros
(Muchos no lo saben)
para tratar de ayudarnos en todo lo espiritual
y hacernos comprender la obligación muy necesaria del comportamiento
de cómo debemos actuar,
para que en nuestra segunda vida
(que será eterna)
para que logremos ser bien recibidos en el Paraíso celestial,
lugar de la auténtica felicidad,
donde nos están esperando nuestro Dios Padre,
Dios, Hijo, Dios Espíritu Santo, Los ángeles
y además todos nuestros familiares fallecidos,
que nos darán una inmensa alegría,
la felicidad será tan completa,
que no la podemos imaginar.
Hay que tener muy presente lo que Jesús hizo por nosotros,
Él es Omnipotente, pero Él se dejó sacrificar
y crucificar para darnos un ejemplo a seguir.
Debemos reflexionar muy profundamente
para no caer en las malas tentaciones;
debemos ser muy buenos de corazón,
no debemos ser hipócritas o muy cerrados por mentalidades equivocas.
Según mis observaciones hay uno de los problemas graves,
que son difíciles de controlar,
la mayoría de las personas, sobre todo de muchos matrimonios,
creen tener la razón,
tanto el hombre como la mujer,
de los comentarios entre ellos,
lo que suelen producir malas reacciones,
que traen malas consecuencias,
como la pérdida del amor, odiarse mutuamente
y las separaciones de las parejas.
Se destruyen hogares (la familia).
Esto es pésimo y dan malos ejemplos;
lo que deben hacer, lo mejor, es no discutir;
no conviene pelear, hay que buscar la paz
y la tranquilidad.
Esto lo consigo pensando en Jesús,
que siendo super poderoso,
aceptó el mal trato y la crucifixión,
para darnos su ejemplo de comportamiento,
de cómo hay que reaccionar en esta vida,
eso nos demuestra que Jesús nos está dando una fuente
maravillosa de sabiduría y una gran fuerza interior,
para soportar todos los problemas que se nos presenten
en esta vida terrenal.
Eso nos da a conocer el verdadero camino que todos
debemos seguir,
hay que amar a Jesús y amarnos todos como Él nos ama.
José Costa Baiges

A mis queridos hijos, nietos y bisnietos:

Los que hemos sufrido una guerra decimos que

es lo peor que puede pasar,

los bombardeos, el perder todo,

aunque las cosas materiales no deben

importarnos, pero también influye el quedar sin hogar.

Luego el hambre y los miles de muertos.

Conocí a una mujer a quien le mataron

a sus 10 hijos y al marido.

Mi padre que forzado a luchar en la guerra

le teníamos lejos de nosotros

y sin saber nada de él por mucho tiempo...

Ver el sufrimiento de mi madre fue terrible.

Ahora con lo que está pasando he recordado

como si fuera ayer esa época

tan terrible que marcó mi vida.

Hasta hoy no soporto el escuchar llorar a los niños

y es por ese recuerdo de llantos interminables.

Ruego a Dios querida familia que nunca tengan

que pasar por lo que

yo he pasado y les pido que oren por todos

los que sufren en estos momentos.

Digamos un No rotundo a las guerras,

a las peleas entre matrimonios, entre hermanos...

Con estas palabras aporto un grano de arena

y recuerden que estemos donde estemos

y aunque no les pueda abrazar por la distancia que nos separa,

les llevo a todos y a cada uno en mi corazón.

Sé que Dios existe y que nos ama

Les envío muchas bendiciones a todos ustedes